22 may 2011

Educación es: ¿La Rosa de Guadalupe?


“La educación tiene que ser vista en nuestro país como un asunto donde el gran propósito no es sólo enseñar algo o transmitir una información. Educar implica formar ciudadanos, que cada uno de los mexicanos reconozca sus obligaciones y las cumpla, así como sus derechos para exigirlos.” Dr. José Narro Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México.

La opinión del Rector de la UNAM, fue una de las tantas que se externaron (algunas de ellas con un ánimo mayor al de “salir en la foto”) tras la declaración del Secretario de Educación Pública (SEP), Alonso Lujambio; quien afirmo que las telenovelas son un “instrumento poderoso” para abatir el rezago educativo y el analfabetismo.

Fue durante el marco de la celebración por los 30 años del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) que Lujambio entregó la presea al Compromiso con el Futuro de México a gente de Televisa y TV Azteca, entre los cuales, Juan Osorio recibió su correspondiente por la producción, “Una familia con suerte”, que se transmite por canal 2. El titular de la SEP señalo:
“No sé cuantos valores podríamos estar promoviendo dentro de las telenovelas que millones de personas ven, pero estoy cierto de que Juan nos ayuda, y eso es valiosísimo".

En contradicción, el secretario confesó al día siguiente que no veía los teledramas porque no tenía tiempo, sin embargo, continuo con la defensa del género de la pantalla chica.

Las reacciones no tardaron en aparecer. El rector José Narro, solicitó una visión más inteligente para abatir el analfabetismo que padece el país:
“Hay maneras mucho más prácticas, directas, interesantes y, con todo respeto, inteligentes” dijo.

En entrevista para Proceso, Epigmenio Ibarra, director de la compañía Argos, conocido en el medio por sus realizaciones para TV, arremetió de manera enérgica contra las palabras del secretario.
“El señor Lujambio o no ha visto televisión en muchos años, y si lo hace es un cínico del tamaño del mundo, o de plano cree que eso educa y esa es su idea de la educación. Entonces estamos en un aprieto aún más grave.”

Profesores de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) consideraron “ofensivas y preocupantes” las declaraciones de Lujambio: “buscamos luchar cotidianamente contra esa cortina de humo que representa la barra de entretenimiento que se transmite por televisión, pues en México se optó por entregar la producción de contenidos a lo peor del sector empresarial”.

En boca de todos, pues se critico la aseveración del titular de la SEP sobre las telenovelas, desde “equivocado” hasta “aberrante” y “tarugo”.

Expresiones contrarias a la del secretario, señalaron imposible de compartir una afirmación como esa y menos cuando viene del responsable de la educación en el país.

Se especula entonces que el secretario “busca agradar al duopolio televisivo para cimentar su supuesta candidatura presidencial”.

Volviendo a las declaraciones de Ibarra; señaló que la telenovela en ningún momento debe ser un instrumento de educación, “debe entretener. No debe sustituir a la vida, sino acompañar la vida, y la telenovela en México, en general la televisión del país, pretende suplantar, sustituir a la vida. La telenovela debe servir como un buen libro, como un poema, debe ser entretenimiento digno, integral, como una buena película.”

“Ahora que está en debate esta cuestión de la apertura de la tercera cadena, se debería recuperar, con el espíritu de la BBS de Londres, de la radio y la televisión francesa, con el espíritu de una televisión de Estado pública, que no sea del gobierno en turno, que sea un instrumento del Estado mexicano, no del gobierno mexicano” señaló.

Nos encontramos sin embargo, en esa transición y abandono de los contenidos televisivos por la amplia gama de entretenimiento e información que Internet ofrece, que como señala Epigmenio; “…mucha gente se ha refugiado en los canales de paga o en internet y cuenta con más escolaridad y tiene probablemente mayor poder de compra.”
Personas que manifiestan su participación social de manera considerable y más activa y que han dejado de procurar la barra de la televisiva de las dos cadenas que dominan la industria en México.

No olvidar tampoco que en nuestro país hay 31.6 millones de personas en atraso en educación, de las cuales 5.9 millones son analfabetas, y que en estos momentos nuestros gobernantes no priorizan el combate al rezago educativo, la prioridad es otro combate, uno como de ciencia ficción, como en las telenovelas.